(Duración del soundtrack en las escenas: 0:00 – 1:18)
Meche se encuentra corriendo muy agitada por las aceras de la calle de Miami. La joven se muestra cansada, pero no piensa detenerse. Tal parece que necesita llegar a un lugar y va retardada. Por otro lado, se ve desde el panorama, un bus que va rumbo al aeropuerto de Miami. El conductor es Esteban, amigo de Meche.
Pasajero (enojado): ¡Por favor trate de conducir más rápido!
Pasajera: ¡Sí, vamos a perder el vuelo!
Esteban: (trata de calmarlos) No se preocupen, estoy seguro que voy a llegar a tiempo. Además, tengo una amiga muy hábil, que se encargará de detener el vuelo, en caso de que lo vayan a perder.
Pasajero: ¡Eso esperamos!
EXT. / AEROPUERTO DE MIAMI / DÍA
Meche acaba de llegar al aeropuerto. La muchacha se para en frente de la entrada muy cansada, ingresa al lugar después de descansar unos breves segundos y se acerca a los mostradores de facturación, en donde se compran los tiquetes.
Meche: (a la recepcionista) Buenos días… ¿Todavía hay tiempo para subirse al vuelo con destino a Acapulco?
Operadora: Lo siento señorita, pero el avión pronto va a despegar.
Meche (sorprendida): ¡No, eso no puede ser!
Mercedes sale de allí y se queda mirando con atención la puerta de embarque.
Meche: No puedo permitir que los deje el avión.
La muchacha toma de la decisión de dirigirse allí corriendo.
Meche (llorando fingidamente): ¡Noooo!
La traviesa Meche trata de pasar la puerta de embarque, pero el personal que está vigilando no se lo permite.
Meche (llorando): ¡Amor mío, no te vayas por favor!
Personal femenino: ¡Señorita, por favor cálmese!
Meche: (mirando a la joven) No puedo dejar que se vaya, no puedo (tratando de entrar) ¡Cariño, cariño!
Personal masculino: (tratando de sacar a Mercedes de allí) ¡Tenemos que sacarla!
Sin embargo, la hábil Meche se aferra a la puerta y no permite que la lleven. Algunas personas se acercan muy curiosas a observar lo que sucede.
LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS
INT. / APARTAMENTO DE DANIELLA, HABITACIÓN PRINCIPAL / DÍA
Daniella Sandoval es una famosa tenista, quien está observando la bonita vista que se logra ver gracias al inmenso ventanal, ubicado en la habitación de ella. El viento hace que las cortinas se muevan frecuentemente, al igual que el cabello de Daniella.
Daniella: Pronto voy a regresar por ti Andrés. No sé si puedas recordarme, pero haré lo posible por volver a reconquistarte. He esperado mucho tiempo. Dudo que queden huellas de mi pasado… Un pasado que he tratado de esconder al precio que me cueste.
La muchacha deja de mirar por el ventanal y se empieza a adentrar, sentándose en su cama muy pensativa.
MIAMI, ESTADOS UNIDOS
INT. / AEROPUERTO DE MIAMI, PUERTA DE EMBARQUE / DÍA
Meche está sentada en medio de la puerta de embarque. Los dos jóvenes del personal la miran con mucha lástima, al igual que las demás personas.
Meche (muy triste): Aunque lo amo, lo dejé marchar (con la mirada retraída). He sido una idiota, perdí al único amor de mi vida…
Personal femenino: Pero no podemos dejarla ingresar al avión, lo sentimos (con compasión).
Señora: ¡Déjenla pasar! No se va a tardar, es una pobre muchacha enamorada.
Meche: Descuiden, yo sólo… (Empieza a toser y a cerrar los ojos)
Personal masculino (preocupado): Señorita, ¿se encuentra bien? ¡Señorita!
Personal femenino: (hablando por el radio de comunicación) La vamos a dejar entrar, sólo cinco minutos.
EXT. / AEROPUERTO DE MIAMI / DÍA
El bus de Esteban se estaciona en el parqueadero del aeropuerto. De allí, salen todos los pasajeros con rapidez y entran al lugar. Se acercan al tablero de vuelos, dándose cuenta que su avión aún no ha despejado.
Pasajero: (señalando la pantalla digital) ¡Miren, nuestro vuelo aún no ha salido! ¡Vamos rápido!
Dentro del avión, Mercedes camina con lentitud y mirando con atención a varios pasajeros.
Meche (a un pasajero): ¿Eres tú cariño? No… (Le habla a otro) Tú… No, tampoco (Finge estar preocupada)
El personal la sigue atrás. Algunos pasajeros se sienten incómodos por los llamados de Meche.
Meche: (pensando: Joder, se están tardando demasiado)
Personal femenino: ¿Está segura que él está aquí?
Meche: (asentando con la cabeza) Claro que sí, aquí tiene que estar, pero no lo encuentro.
Meche llega hasta el puesto de Andrés del León, un importante dueño de una corporación hotelera.
Personal masculino: La persona que busca al parecer no está en este lugar, ¿por qué no se marcha?
Meche inhala y cae desmayada al piso, teniendo sus manos aferradas al sillón de Andrés, quien estaba leyendo una revista, pero deja de hacerlo un tanto molesto.
Personal masculino: (moviendo a Mercedes) Señorita, despierte por favor, tiene que irse del avión.
Personal femenino: No podemos perder más tiempo, cárgala y llévala afuera. ¡Uno, dos, tres!
El hombre trata de cargar a Meche, pero ésta se aferra a la silla de Andrés con mucha fuerza. Es así como el celular de la muchacha se cae al suelo. Meche abre el ojo izquierdo ya que el otro lo tiene cerrado y con disimulación, empieza a acercar su mano al celular. No obstante, Andrés se da cuenta que ella está fingiendo, por lo que con su pie, le aleja más el teléfono.
Andrés: (hablándole en voz baja) Levántate y márchate ya. Me estás incomodando, deja de fingir.
Meche se extraña, pues pensó que todos se habían creído su manera de engañar a las personas, dándose cuenta que Andrés resultó más inteligente que ella. Él al notar que Mercedes no quiere levantarse, saca de su saco, un palillo de metal y con el objeto, comienza a quitar los dedos de Meche de su puesto. El personal masculino aprovecha y carga a Meche. Ésta toma su celular, lo guarda y luego sonríe cuando los pasajeros del bus de su amigo Esteban, entran al avión.
INT. / BUS DE ESTEBAN / MÁS TARDE
Mientras Esteban conduce su bus, Meche está en el puesto de co-piloto y canta una canción que suena en la radio.
Esteban: (quitando la música) Meche, el espectáculo que diste en el aeropuerto, es conocido como “alteración pública”. Podrías estar detenida por eso.
Meche: Lo dices porque no viste mi actuación, mi exquisita y completa técnica. Aunque un hombre muy inteligente me descubrió (refiriéndose a Andrés).
Esteban: No es necesario ser inteligente para darse cuenta que estás fingiendo. No entiendo como la demás gente te lo creyó.
Meche: (levanta su mano en forma de molestia) Ah, ya da igual. Lo importante es que los clientes entraron al avión. Nos ganamos un buen dinero por eso (vuelve a poner la música y sigue cantando).
INT. / MANSIÓN DEL LEÓN, HABITACIÓN DE ARTURO / HORAS MÁS TARDE
La habitación de don Arturo se ve bastante oscura. El enfermo abuelo de Andrés, está acostado en su cama y tiene un tanque de oxígeno conectado a él. En la misma habitación está Rosalía, hija de Arturo y tía de Andrés. La mujer pone en la frente de su padre pañuelos húmedos. En ese momento entra Andrés.
Don Arturo: (hablándole a Andrés con dificultad) ¿Pudiste encontrar a mi nieta? ¿La encontraste?
Andrés (serio): Lo siento abuelo, pero no la he podido encontrar. Desde temprano, viajé a New York porque allí está viviendo una muchacha que coincide con algunos datos de la niña perdida en ese terremoto. Sin embargo, los resultados de ADN conmigo no resultaron positivos, por tanto no éramos primos. Aún así, no me daré por vencido. La voy a encontrar, sólo aguante un poco más.
Don Arturo: Quizás ya es demasiado tarde, me iré de este mundo sin ver una última vez a tu prima, mi nieta; aquella que perdí en un terremoto de México. Tu madre murió por mi mal carácter. He cometido muchos errores (comienza a toser).
Rosalía (preocupada): ¡Papá! Por favor, ten paciencia, Andrés va a encontrar a esa niña perdida. Tenlo por seguro.
EXT. / CASA GONZÁLEZ / NOCHE
Meche se encuentra platicando con su padre Gustavo. Ambos están afuera de su casa y observan las estrellas.
Meche: Papá, me enteré que sigues apostando sin consecuencias. Siempre pierdes todo.
Gustavo: Ten paciencia hija, en cualquier momento tendré suerte y ganaré mucho más de lo que pierdo. Seremos millonarios.
Meche: (entrecerrando los ojos) Eso llevas diciéndome desde hace tanto tiempo.
Meche se entra para su casa molesta por su padre.
Gustavo (pensando: ¡Rayos! Necesito dinero para pagar todo lo que debo)
INT. / HOTEL BEACH GLOOK, OFICINA DE ANDRÉS / AL DÍA SIGUIENTE
Andrés revisa unos documentos sobre el escritorio que está ubicado en su oficina. En ese momento entra Andrea, su asistente personal. La joven le entrega una carpeta con varias fotos muy antiguas. Andrés las recibe.
Andrea: Son fotos de México hace más de treinta años, señor. Sólo pude hallar éstas.
Andrés: (mirando las fotografías) Por favor fíjate bien en todas las fotos para comprobar si hay una niña que se parezca a mi prima perdida en ese terremoto.
Andrea: Ha sido muy difícil averiguar sobre ella. ¿No cree que falleció en ese acontecimiento del 1980?
Andrés: Aún guardo la esperanza de que esté viva, sólo así mi abuelo Arturo podrá descansar en paz. Hay que contactar a las personas que aparecen en esas fotos, quizás puedan tener alguna información.
Andrea: Entendido. ¿Y cuándo se va a marcha al rancho de las afueras de Miami?
Andrés (serio): Ahora mismo, por favor quédate aquí e infórmame de cualquier cosa.
La asistente personal de Andrés asiente con la cabeza y se retira.
EXT. / CERCA DE LA CASA GONZÁLEZ / DÍA
En una amplia carretera solitaria, cerca de la casa González, el padre de Meche está corriendo como más puede y es perseguido por varios hombres. Gustavo dobla la esquina y se mete dentro de un barril vacío. Los tipos llegan hasta allí pero no lo ven por ningún lado, estando confundidos.
Hombre: ¡Ni que fuese una rata para esconderse tan rápido! ¿Dónde se habrá metido?
Hombre 2: ¡Vamos por allá! (Señalando hacia adelante)
EXT. / CASA DE ESTEBAN / DÍA
La distancia entre las casas de Meche y Esteban no es demasiada. La primera está sorprendida por lo que Esteban le está contando.
Meche (sorprendida): ¿¡Que mi padre tomó el dinero de la hipoteca!?
Esteban: Así es, mi madre y yo le dimos una parte. Él nos aseguró que luego lo recuperaría, pues tenía una deuda y era necesario pagarla.
Meche: ¡Dios! ¿Pero por qué le dieron el dinero? Saben como es de mentiroso. ¡Seguro se lo gastó nuevamente en sus apuestas!
Esteban: Confiamos en él porque se veía muy necesitado.
Meche: Lo de la deuda ya lo sospechaba, pero no me cabe ni la menor duda que apostó el dinero para poder ganar el doble y pagar lo que debía, pero lo perdió. Tengo que ir a buscarlo.
Meche sale corriendo de allí pero se topa con los mismos hombres que están en busca de Gustavo.
Hombre: ¡Oh! Pero si eres tú la hija de Gustavo González (la toma de la barbilla y ella se asusta). Tu padre nos debe dinero y tú tendrás que pagar por él.
Mercedes no sabe que hacer, poniéndose aún más nerviosa cuando dos de los tipos la empiezan a tomar de los brazos.
Meche: (disimulando) ¡Papá, corre! ¡Rápido, te van a atrapar! ¡Corre!
Meche se encuentra corriendo muy agitada por las aceras de la calle de Miami. La joven se muestra cansada, pero no piensa detenerse. Tal parece que necesita llegar a un lugar y va retardada. Por otro lado, se ve desde el panorama, un bus que va rumbo al aeropuerto de Miami. El conductor es Esteban, amigo de Meche.
Pasajero (enojado): ¡Por favor trate de conducir más rápido!
Pasajera: ¡Sí, vamos a perder el vuelo!
Esteban: (trata de calmarlos) No se preocupen, estoy seguro que voy a llegar a tiempo. Además, tengo una amiga muy hábil, que se encargará de detener el vuelo, en caso de que lo vayan a perder.
Pasajero: ¡Eso esperamos!
EXT. / AEROPUERTO DE MIAMI / DÍA
Meche acaba de llegar al aeropuerto. La muchacha se para en frente de la entrada muy cansada, ingresa al lugar después de descansar unos breves segundos y se acerca a los mostradores de facturación, en donde se compran los tiquetes.
Meche: (a la recepcionista) Buenos días… ¿Todavía hay tiempo para subirse al vuelo con destino a Acapulco?
Operadora: Lo siento señorita, pero el avión pronto va a despegar.
Meche (sorprendida): ¡No, eso no puede ser!
Mercedes sale de allí y se queda mirando con atención la puerta de embarque.
Meche: No puedo permitir que los deje el avión.
La muchacha toma de la decisión de dirigirse allí corriendo.
Meche (llorando fingidamente): ¡Noooo!
La traviesa Meche trata de pasar la puerta de embarque, pero el personal que está vigilando no se lo permite.
Meche (llorando): ¡Amor mío, no te vayas por favor!
Personal femenino: ¡Señorita, por favor cálmese!
Meche: (mirando a la joven) No puedo dejar que se vaya, no puedo (tratando de entrar) ¡Cariño, cariño!
Personal masculino: (tratando de sacar a Mercedes de allí) ¡Tenemos que sacarla!
Sin embargo, la hábil Meche se aferra a la puerta y no permite que la lleven. Algunas personas se acercan muy curiosas a observar lo que sucede.
LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS
INT. / APARTAMENTO DE DANIELLA, HABITACIÓN PRINCIPAL / DÍA
Daniella Sandoval es una famosa tenista, quien está observando la bonita vista que se logra ver gracias al inmenso ventanal, ubicado en la habitación de ella. El viento hace que las cortinas se muevan frecuentemente, al igual que el cabello de Daniella.
Daniella: Pronto voy a regresar por ti Andrés. No sé si puedas recordarme, pero haré lo posible por volver a reconquistarte. He esperado mucho tiempo. Dudo que queden huellas de mi pasado… Un pasado que he tratado de esconder al precio que me cueste.
La muchacha deja de mirar por el ventanal y se empieza a adentrar, sentándose en su cama muy pensativa.
MIAMI, ESTADOS UNIDOS
INT. / AEROPUERTO DE MIAMI, PUERTA DE EMBARQUE / DÍA
Meche está sentada en medio de la puerta de embarque. Los dos jóvenes del personal la miran con mucha lástima, al igual que las demás personas.
Meche (muy triste): Aunque lo amo, lo dejé marchar (con la mirada retraída). He sido una idiota, perdí al único amor de mi vida…
Personal femenino: Pero no podemos dejarla ingresar al avión, lo sentimos (con compasión).
Señora: ¡Déjenla pasar! No se va a tardar, es una pobre muchacha enamorada.
Meche: Descuiden, yo sólo… (Empieza a toser y a cerrar los ojos)
Personal masculino (preocupado): Señorita, ¿se encuentra bien? ¡Señorita!
Personal femenino: (hablando por el radio de comunicación) La vamos a dejar entrar, sólo cinco minutos.
EXT. / AEROPUERTO DE MIAMI / DÍA
El bus de Esteban se estaciona en el parqueadero del aeropuerto. De allí, salen todos los pasajeros con rapidez y entran al lugar. Se acercan al tablero de vuelos, dándose cuenta que su avión aún no ha despejado.
Pasajero: (señalando la pantalla digital) ¡Miren, nuestro vuelo aún no ha salido! ¡Vamos rápido!
Dentro del avión, Mercedes camina con lentitud y mirando con atención a varios pasajeros.
Meche (a un pasajero): ¿Eres tú cariño? No… (Le habla a otro) Tú… No, tampoco (Finge estar preocupada)
El personal la sigue atrás. Algunos pasajeros se sienten incómodos por los llamados de Meche.
Meche: (pensando: Joder, se están tardando demasiado)
Personal femenino: ¿Está segura que él está aquí?
Meche: (asentando con la cabeza) Claro que sí, aquí tiene que estar, pero no lo encuentro.
Meche llega hasta el puesto de Andrés del León, un importante dueño de una corporación hotelera.
Personal masculino: La persona que busca al parecer no está en este lugar, ¿por qué no se marcha?
Meche inhala y cae desmayada al piso, teniendo sus manos aferradas al sillón de Andrés, quien estaba leyendo una revista, pero deja de hacerlo un tanto molesto.
Personal masculino: (moviendo a Mercedes) Señorita, despierte por favor, tiene que irse del avión.
Personal femenino: No podemos perder más tiempo, cárgala y llévala afuera. ¡Uno, dos, tres!
El hombre trata de cargar a Meche, pero ésta se aferra a la silla de Andrés con mucha fuerza. Es así como el celular de la muchacha se cae al suelo. Meche abre el ojo izquierdo ya que el otro lo tiene cerrado y con disimulación, empieza a acercar su mano al celular. No obstante, Andrés se da cuenta que ella está fingiendo, por lo que con su pie, le aleja más el teléfono.
Andrés: (hablándole en voz baja) Levántate y márchate ya. Me estás incomodando, deja de fingir.
Meche se extraña, pues pensó que todos se habían creído su manera de engañar a las personas, dándose cuenta que Andrés resultó más inteligente que ella. Él al notar que Mercedes no quiere levantarse, saca de su saco, un palillo de metal y con el objeto, comienza a quitar los dedos de Meche de su puesto. El personal masculino aprovecha y carga a Meche. Ésta toma su celular, lo guarda y luego sonríe cuando los pasajeros del bus de su amigo Esteban, entran al avión.
INT. / BUS DE ESTEBAN / MÁS TARDE
Mientras Esteban conduce su bus, Meche está en el puesto de co-piloto y canta una canción que suena en la radio.
Esteban: (quitando la música) Meche, el espectáculo que diste en el aeropuerto, es conocido como “alteración pública”. Podrías estar detenida por eso.
Meche: Lo dices porque no viste mi actuación, mi exquisita y completa técnica. Aunque un hombre muy inteligente me descubrió (refiriéndose a Andrés).
Esteban: No es necesario ser inteligente para darse cuenta que estás fingiendo. No entiendo como la demás gente te lo creyó.
Meche: (levanta su mano en forma de molestia) Ah, ya da igual. Lo importante es que los clientes entraron al avión. Nos ganamos un buen dinero por eso (vuelve a poner la música y sigue cantando).
INT. / MANSIÓN DEL LEÓN, HABITACIÓN DE ARTURO / HORAS MÁS TARDE
La habitación de don Arturo se ve bastante oscura. El enfermo abuelo de Andrés, está acostado en su cama y tiene un tanque de oxígeno conectado a él. En la misma habitación está Rosalía, hija de Arturo y tía de Andrés. La mujer pone en la frente de su padre pañuelos húmedos. En ese momento entra Andrés.
Don Arturo: (hablándole a Andrés con dificultad) ¿Pudiste encontrar a mi nieta? ¿La encontraste?
Andrés (serio): Lo siento abuelo, pero no la he podido encontrar. Desde temprano, viajé a New York porque allí está viviendo una muchacha que coincide con algunos datos de la niña perdida en ese terremoto. Sin embargo, los resultados de ADN conmigo no resultaron positivos, por tanto no éramos primos. Aún así, no me daré por vencido. La voy a encontrar, sólo aguante un poco más.
Don Arturo: Quizás ya es demasiado tarde, me iré de este mundo sin ver una última vez a tu prima, mi nieta; aquella que perdí en un terremoto de México. Tu madre murió por mi mal carácter. He cometido muchos errores (comienza a toser).
Rosalía (preocupada): ¡Papá! Por favor, ten paciencia, Andrés va a encontrar a esa niña perdida. Tenlo por seguro.
EXT. / CASA GONZÁLEZ / NOCHE
Meche se encuentra platicando con su padre Gustavo. Ambos están afuera de su casa y observan las estrellas.
Meche: Papá, me enteré que sigues apostando sin consecuencias. Siempre pierdes todo.
Gustavo: Ten paciencia hija, en cualquier momento tendré suerte y ganaré mucho más de lo que pierdo. Seremos millonarios.
Meche: (entrecerrando los ojos) Eso llevas diciéndome desde hace tanto tiempo.
Meche se entra para su casa molesta por su padre.
Gustavo (pensando: ¡Rayos! Necesito dinero para pagar todo lo que debo)
INT. / HOTEL BEACH GLOOK, OFICINA DE ANDRÉS / AL DÍA SIGUIENTE
Andrés revisa unos documentos sobre el escritorio que está ubicado en su oficina. En ese momento entra Andrea, su asistente personal. La joven le entrega una carpeta con varias fotos muy antiguas. Andrés las recibe.
Andrea: Son fotos de México hace más de treinta años, señor. Sólo pude hallar éstas.
Andrés: (mirando las fotografías) Por favor fíjate bien en todas las fotos para comprobar si hay una niña que se parezca a mi prima perdida en ese terremoto.
Andrea: Ha sido muy difícil averiguar sobre ella. ¿No cree que falleció en ese acontecimiento del 1980?
Andrés: Aún guardo la esperanza de que esté viva, sólo así mi abuelo Arturo podrá descansar en paz. Hay que contactar a las personas que aparecen en esas fotos, quizás puedan tener alguna información.
Andrea: Entendido. ¿Y cuándo se va a marcha al rancho de las afueras de Miami?
Andrés (serio): Ahora mismo, por favor quédate aquí e infórmame de cualquier cosa.
La asistente personal de Andrés asiente con la cabeza y se retira.
EXT. / CERCA DE LA CASA GONZÁLEZ / DÍA
En una amplia carretera solitaria, cerca de la casa González, el padre de Meche está corriendo como más puede y es perseguido por varios hombres. Gustavo dobla la esquina y se mete dentro de un barril vacío. Los tipos llegan hasta allí pero no lo ven por ningún lado, estando confundidos.
Hombre: ¡Ni que fuese una rata para esconderse tan rápido! ¿Dónde se habrá metido?
Hombre 2: ¡Vamos por allá! (Señalando hacia adelante)
EXT. / CASA DE ESTEBAN / DÍA
La distancia entre las casas de Meche y Esteban no es demasiada. La primera está sorprendida por lo que Esteban le está contando.
Meche (sorprendida): ¿¡Que mi padre tomó el dinero de la hipoteca!?
Esteban: Así es, mi madre y yo le dimos una parte. Él nos aseguró que luego lo recuperaría, pues tenía una deuda y era necesario pagarla.
Meche: ¡Dios! ¿Pero por qué le dieron el dinero? Saben como es de mentiroso. ¡Seguro se lo gastó nuevamente en sus apuestas!
Esteban: Confiamos en él porque se veía muy necesitado.
Meche: Lo de la deuda ya lo sospechaba, pero no me cabe ni la menor duda que apostó el dinero para poder ganar el doble y pagar lo que debía, pero lo perdió. Tengo que ir a buscarlo.
Meche sale corriendo de allí pero se topa con los mismos hombres que están en busca de Gustavo.
Hombre: ¡Oh! Pero si eres tú la hija de Gustavo González (la toma de la barbilla y ella se asusta). Tu padre nos debe dinero y tú tendrás que pagar por él.
Mercedes no sabe que hacer, poniéndose aún más nerviosa cuando dos de los tipos la empiezan a tomar de los brazos.
Meche: (disimulando) ¡Papá, corre! ¡Rápido, te van a atrapar! ¡Corre!
(Duración del soundtrack en las escenas: Todo completo)
Los hombres caen en la trampa de Meche y salen corriendo hacia atrás. Mercedes aprovecha y también se va corriendo para huir de aquellos tipos, quienes llegan a la casa de Esteban. Éste se asusta.
Tipo 1: ¿Dónde está el infeliz de Gustavo? ¡Dinos ahora!
Esteban (asustado): ¡No lo sé! Él hace rato salió de aquí.
Tipo 1: ¡La muchachita esa nos mintió! ¡Vayamos por ella! Y tú… (Señalando a Esteban con el dedo índice) Si nos estás mintiendo, no vivirás para contarlo.
Los hombres salen corriendo a buscara a Meche. De lejos, la logran ver por lo que salen corriendo hacia ella. La muchacha muy asustada también sigue corriendo, tratando de meterse por lugares confusos para enredar sus persecutores.
Meche: ¿¡Cómo pudiste, papá!?
Mercedes continúa corriendo. Se intercala una escena distinta, en la que se ve a Andrés conduciendo su lujoso automóvil. El joven habla por el auricular con su secretaria Andrea.
Andrés: Así es, ya estoy en camino al rancho, sí…
Por otro parte pero no muy lejos, Meche llega hasta un muro de piedras, sin ver salida por ningún lado y muy preocupada al ver que los hombres cada vez se acercan. La traviesa muchacha empieza a escalar el muro. Los tipos llegan hasta allí y se ríen de ella. Meche escala el muro más rápido y luego salta, justo en el momento en que el auto de Andrés pasa por la carretera. Por suerte, él consigue frenar a tiempo. Meche estuvo a sólo unos centímetros de haber sido atropellada. La muchacha mira sorprendida, tendida sobre el suelo. Andrés se baja de su vehículo y va hacia Mercedes.
(Termina el soundtrack)
Andrés (preocupado): ¿Estás bien?
Meche mira para su lado izquierdo y se da cuenta que los hombres que la estaban persiguiendo, también están escalando el muro, por lo que decide hacerse la desmayada, cerrando los ojos y no respondiendo a los llamados de Andrés.
Andrés: ¡Oye! ¿Te encuentras bien? Por favor responde, ah… (Suspira)
Él no reconoció a Meche, la muchacha que engañó a todos el día anterior en el avión.
INT. / HOSPITAL CERCANO, SALA DE PACIENTES / MÁS TARDE
Andrés está hablando con el doctor en el hospital más cercano que encontró.
Doctor: Sólo tiene un hematoma, no creo que fuese causado por el coche, sino por la caída. Puede ser que tenga algún tipo de conmoción.
Andrés: Me quita un peso de encima, doctor. Gracias por la información (el doctor asiente con la cabeza y se retira).
Andrés se acerca a la camilla donde Meche está dormida. Hay dos enfermeras al pendiente de ella.
Enfermera 1. ¡Qué raro! La paciente no ha despertado.
Andrés: En cuanto lo haga, por favor entréguenle esto (les entrega una tarjeta de contacto). Y muchas gracias.
Andrés se va del hospital. Las dos enfermeras toman la tarjeta que les entregó Andrés muy emocionada.
Enfermera 1: ¡Mira, es Andrés del León!
Enfermera 2: Es el importante dueño de una corporación hotelera del país… Incluso la tarjeta es dorada y brilla. Debe ser muy millonario.
De repente, Mercedes abre los ojos y les arrebata la tarjeta de contacto a las enfermeras.
Meche (seria mirando a las enfermeras): Es mía.
Enfermera 1: ¡Ah, despertó! ¿Cómo se siente?
Meche: (tocándose la espalda) Me duele todo el cuerpo, pero necesito ir al baño de servicio (comienza a levantarse de la cama)
Enfermera 2: Pero déjenos que la ayudemos…
Meche: (se termina de parar) ¡Eh, no! Puedo ir yo sola, además tienen otros pacientes que atender, gracias (sonríe forzada).
Meche empieza a caminar dirigiéndose al baño de servicio, caminando con dificultar, para fingir que le duele el cuerpo. Unos momentos después, llega hasta el baño, en donde se encierra y se sienta en el inodoro, mirando con atención la tarjeta de Andrés.
Meche (sorprendida): ¿Dueño del hotel…?
Mercedes en ese momento tiene una fantasía en su mente, imaginándose de arriba abajo el lujoso hotel. También se imagina a ella sentada frente a un trono y rodeada de empleados que le sirven. Afuera, llega una limosina blanca, de la cual se baja Andrés y se dirige a la muchacha caminando despacio. A Meche le brillan los ojos con un reflejo del símbolo de dinero, mientras que Andrés termina de acercarse a ella, a quien le guiña el ojo de manera coqueta.
Meche: (terminando su fantasía) Eso sería espectacular… El auto con el que casi me atropella, también era de lujo (se emociona). Puedo conseguir una indemnización (se desanima). ¿Pero, en qué tipo de problema se habrá metido ésta vez mi papá?
Meche se levanta del retrete y sale del baño, pero se detiene en una esquina del hospital cuando ve que los mismos tipos que la andaban siguiendo, están en el hospital, exigiéndoles a las enfermeras información acerca de Mercedes.
Tipo 1: Hace poco trajeron aquí a una muchacha, no sufrió daños. Aquí fue traída por un joven muy rico, porque casi la arrolla en su auto.
Tipo 2: ¿¡Dónde está!? ¡Hablen! (Furioso)
(Duración del soundrack en las escenas: 0:00 — 1:51)
Los hombres caen en la trampa de Meche y salen corriendo hacia atrás. Mercedes aprovecha y también se va corriendo para huir de aquellos tipos, quienes llegan a la casa de Esteban. Éste se asusta.
Tipo 1: ¿Dónde está el infeliz de Gustavo? ¡Dinos ahora!
Esteban (asustado): ¡No lo sé! Él hace rato salió de aquí.
Tipo 1: ¡La muchachita esa nos mintió! ¡Vayamos por ella! Y tú… (Señalando a Esteban con el dedo índice) Si nos estás mintiendo, no vivirás para contarlo.
Los hombres salen corriendo a buscara a Meche. De lejos, la logran ver por lo que salen corriendo hacia ella. La muchacha muy asustada también sigue corriendo, tratando de meterse por lugares confusos para enredar sus persecutores.
Meche: ¿¡Cómo pudiste, papá!?
Mercedes continúa corriendo. Se intercala una escena distinta, en la que se ve a Andrés conduciendo su lujoso automóvil. El joven habla por el auricular con su secretaria Andrea.
Andrés: Así es, ya estoy en camino al rancho, sí…
Por otro parte pero no muy lejos, Meche llega hasta un muro de piedras, sin ver salida por ningún lado y muy preocupada al ver que los hombres cada vez se acercan. La traviesa muchacha empieza a escalar el muro. Los tipos llegan hasta allí y se ríen de ella. Meche escala el muro más rápido y luego salta, justo en el momento en que el auto de Andrés pasa por la carretera. Por suerte, él consigue frenar a tiempo. Meche estuvo a sólo unos centímetros de haber sido atropellada. La muchacha mira sorprendida, tendida sobre el suelo. Andrés se baja de su vehículo y va hacia Mercedes.
(Termina el soundtrack)
Andrés (preocupado): ¿Estás bien?
Meche mira para su lado izquierdo y se da cuenta que los hombres que la estaban persiguiendo, también están escalando el muro, por lo que decide hacerse la desmayada, cerrando los ojos y no respondiendo a los llamados de Andrés.
Andrés: ¡Oye! ¿Te encuentras bien? Por favor responde, ah… (Suspira)
Él no reconoció a Meche, la muchacha que engañó a todos el día anterior en el avión.
INT. / HOSPITAL CERCANO, SALA DE PACIENTES / MÁS TARDE
Andrés está hablando con el doctor en el hospital más cercano que encontró.
Doctor: Sólo tiene un hematoma, no creo que fuese causado por el coche, sino por la caída. Puede ser que tenga algún tipo de conmoción.
Andrés: Me quita un peso de encima, doctor. Gracias por la información (el doctor asiente con la cabeza y se retira).
Andrés se acerca a la camilla donde Meche está dormida. Hay dos enfermeras al pendiente de ella.
Enfermera 1. ¡Qué raro! La paciente no ha despertado.
Andrés: En cuanto lo haga, por favor entréguenle esto (les entrega una tarjeta de contacto). Y muchas gracias.
Andrés se va del hospital. Las dos enfermeras toman la tarjeta que les entregó Andrés muy emocionada.
Enfermera 1: ¡Mira, es Andrés del León!
Enfermera 2: Es el importante dueño de una corporación hotelera del país… Incluso la tarjeta es dorada y brilla. Debe ser muy millonario.
De repente, Mercedes abre los ojos y les arrebata la tarjeta de contacto a las enfermeras.
Meche (seria mirando a las enfermeras): Es mía.
Enfermera 1: ¡Ah, despertó! ¿Cómo se siente?
Meche: (tocándose la espalda) Me duele todo el cuerpo, pero necesito ir al baño de servicio (comienza a levantarse de la cama)
Enfermera 2: Pero déjenos que la ayudemos…
Meche: (se termina de parar) ¡Eh, no! Puedo ir yo sola, además tienen otros pacientes que atender, gracias (sonríe forzada).
Meche empieza a caminar dirigiéndose al baño de servicio, caminando con dificultar, para fingir que le duele el cuerpo. Unos momentos después, llega hasta el baño, en donde se encierra y se sienta en el inodoro, mirando con atención la tarjeta de Andrés.
Meche (sorprendida): ¿Dueño del hotel…?
Mercedes en ese momento tiene una fantasía en su mente, imaginándose de arriba abajo el lujoso hotel. También se imagina a ella sentada frente a un trono y rodeada de empleados que le sirven. Afuera, llega una limosina blanca, de la cual se baja Andrés y se dirige a la muchacha caminando despacio. A Meche le brillan los ojos con un reflejo del símbolo de dinero, mientras que Andrés termina de acercarse a ella, a quien le guiña el ojo de manera coqueta.
Meche: (terminando su fantasía) Eso sería espectacular… El auto con el que casi me atropella, también era de lujo (se emociona). Puedo conseguir una indemnización (se desanima). ¿Pero, en qué tipo de problema se habrá metido ésta vez mi papá?
Meche se levanta del retrete y sale del baño, pero se detiene en una esquina del hospital cuando ve que los mismos tipos que la andaban siguiendo, están en el hospital, exigiéndoles a las enfermeras información acerca de Mercedes.
Tipo 1: Hace poco trajeron aquí a una muchacha, no sufrió daños. Aquí fue traída por un joven muy rico, porque casi la arrolla en su auto.
Tipo 2: ¿¡Dónde está!? ¡Hablen! (Furioso)
(Duración del soundrack en las escenas: 0:00 — 1:51)
Meche muy asustada, se devuelve y entra una vez más al baño de servicio. Se encierra y se da cuenta que allí hay un bote de basura corredizo, una trapera y un uniforme de empleada. Un par de minutos después, se enfoca a la traviesa Mercedes, disfrazada de empleada del hospital, limpiando los pasillos y acercándose poco a poco a la salida del hospital. Cuando está más cerca, ve que los hombres están viniendo, por lo que deja el bote de basura a un lado al igual que la trapera, y sale caminando con prisa, sin saber qué hacer.
Meche (desesperada) ¡Ahhh! ¿Y ahora qué hago?
Mercedes ve a unos enfermeros trayendo a un hombre herido en una camilla acompañados del familiar del paciente. Meche se infiltra allí tapándose la boca con un pañuelo llorando.
Meche: ¿Qué le pasó? Usted debe estar muy preocupado (le dice al familiar del hombre herido).
El señor se desconcierta y Meche trata de esconderse estando muy pegada del hombre.
Meche (llorando): No se preocupe, se va a poner bien. Soy muy sentimental…
En un punto del hospital, Meche se separa de él y se va corriendo por un amplio corredor, sin embargo se voltea de espaldas al ver que los tipos también están por el corredor, pues todos están dispersos buscándola. Meche entra a un consultorio médico y unos minutos más tarde, sale de allí, ésta vez disfrazada de doctora y usando unos lentes para no ser reconocida. La muchacha se acerca a un doctor y a una enfermera que están caminando por el mismo pasillo.
Meche: (aparentando ser doctora) El corazón del paciente que tuvo el infarto ya bombea sin problemas, ¿verdad?
Meche aprovecha y termina de salir del hospital. Unos momentos después, el grupo de hombres que la estaban buscando también sale del mismo lugar, estando en medio de la carretera.
Tipo 1: ¿Dónde se habrá metido? ¡Es ágil como su padre!
Una ambulancia va pasando por la calle, los hombres alertados se adentran a la acera y se sorprenden al ver a Meche detrás de la ambulancia, sosteniéndose de unas barras pegadas al vehículo. Mercedes les sonríe con burla.
Meche: (tirándoles besos con sus manos) ¡Adiós! ¡Cuídense mucho! (Riendo)
INT. / RANCHO DE LA FAMILIA DEL LEÓN / DÍA
Andrés está conversando con un encargado de su rancho, ubicado casi a las afueras de Miami.
Encargado: Las frutas frescas están siendo cultivadas perfectamente y las flores están en buen estado.
Andrés: Muy bien. Mañana será el encuentro oficial entre los franceses y yo. Pero ésta noche, organizaré primero una cena especial, para que sientan más cómodos y tenerlos de nuestro lado. Esfuérzate al máximo en la cena de ésta noche.
Encargado: Por supuesto que sí, señor.
Andrés esboza una pequeña sonrisa y termina yéndose.
INT. / MANSIÓN DEL LEÓN, SALA / DÍA
Rosalía y su hermana Gabriela se encuentran platicando en la sala principal de la mansión. La primera se muestra preocupada. Ambas beben café.
Rosalía: Encontrar a esa a muchacha está resultando bastante difícil.
Gabriela: Ojalá Andrés pueda hallarla lo más rápido posible, papá se está enfermando cada vez más. Su problema respiratorio se hace aún mayor.
Rosalía (triste): Es demasiado desesperante verlo en ese estado, tan enfermo. Ha perdido a dos de sus hijas, nuestras hermanas (toma un sorbo de café).
Gabriela: Soledad falleció en ese terremoto del 1980 y Fernanda murió en un accidente.
Rosalía: Nuestro padre no deja de culparse por la muerte de Fernanda, la madre de Andrés. Siempre ha dicho que su terquedad y mal carácter, causó su muerte.
Gabriela: Pero hay que aceptar que Fernanda fue la más rebelde. Tuvo a Andrés cuando aún no cumplía los veinte años. Ella misma se provocó su muerte (sigue bebiendo su café).
EXT. / CASA GONZÁLEZ / TARDE
Meche y Esteban están comiendo en el aire libre, afuera de la casa de la primera, la cual tiene un inmenso terreno a su alrededor.
Esteban: ¿Entonces quieres que recoja tu bolso del hospital?
Meche: Así es, por la prisa con la que salí de allí huyendo de esos tipos, fue que no alcancé a recoger mi bolso (comiendo).
Esteban: ¿Y en qué lío se metió don Gustavo?
Meche: No lo sé, el ingrato ni siquiera me ha hecho una llamada. Ha de ser otra de sus deudas por culpa de las mendigas apuestas. ¡Estoy harta de eso!
Esteban: No puedes regresar a tu casa, allí van a estar esos hombres vigilándose. Puedes ir a la mía.
Meche: Gracias, pero recuerda que vivimos muy cerca. De alguna manera me van a poder ver. Oye, y sobre el bolso, mejor olvídalo, de todas maneras no tenía nada de valor. Por cierto, obtendré pronto una buena indemnización.
Esteban: ¿Y a qué se debe?
Meche: Es que cuando iba escapando de los tipos esos, el dueño de una reconocida corporación hotelera, estuvo a punto de atropellarme. Tengo que hacerle creer que quedé con un trauma (se ríe).
INT. / HOTEL BEACH GLOOK, OFICINA DE ANDRÉS / DOS HORAS DESPUÉS
La asistente personal de Andrés entra a la oficina de él y le entrega el bolso de Meche. Él está sentado en un sofá de la mini sala que tiene la oficina.
Andrea: Tome señor, esto fue enviado desde el hospital.
Andrés: Gracias (la muchacha se retira). Entonces éstas son las cosas que olvidó esa joven en el hospital.
Andrés por curiosidad, abre el viejo bolso y saca una tarjeta de Meche, en la se ve el rostro de ella estampado allí, un número de contacto y un aviso.
Andrés: (leyendo) Guía turística, domino idiomas como inglés, francés y portugués.
En ese momento, ingresa un joven alto y bien uniformado a la oficina de Andrés. Éste deja la tarjeta de contacto de Meche sobre la mesa.
Joven: Disculpe la interrupción, señor, pero tengo que informarle que hay un inconveniente para la cena de ésta noche.
Andrés se queda preocupado por lo último que dijo el joven. Afuera del hotel Beach Glook, se encuentran Meche y Esteban. La primera observa el gran lugar, muy ilusionada. Sus ojos le brillan.
Meche: ¡Es hermoso éste hotel! Si el tal Andrés del León es dueño de todo esto, tiene muchísimo dinero como para aventar. Por eso, le pediré quinientos dólares de indemnización. ¿O será mejor un millón?
Esteban: ¿¡Un millón de dólares!? (Negando con la cabeza mientras cierra los ojos) De verdad que te has vuelto completamente loca.
Meche: ¡Cierra la boca! Si el dueño de éste hotel es tan millonario como parece, no se va quejar de darme sólo un millón de dólares.
Esteban: Ahora que mencioné el tema de demencia, puedes decirle que tiene que pagarte una indemnización por estrés psicológico. ¡Mucha suerte Meche!
Meche le sonríe y empieza a entrar al hotel mirando todo fascinada.
INT. / HOTEL BEACH GLOOK, OFICINA DE ANDRÉS / TARDE
Andrés (preocupado): ¿Cómo que no encuentran un doblador a francés? ¡No puede ser posible!
Joven: Lo siento, trataré de conseguir a alguien que pueda hacer ese trabajo.
Andrés: Está bien (se calma). Puedes retirarte y por favor, consigue al traductor lo más pronto posible. La cena con los inversionistas es para ésta noche.
El joven se retira. En ese momento el teléfono inalámbrico empieza a timbrar. Andrés lo contesta tomándolo de una mesa que está ubicada en el centro de la sala.
Andrés: ¿Sí?
Recepcionista: (en el primer piso del hotel) Señor del León, hay una muchacha aquí abajo que dice llamarse Mercedes González, ¿la dejo ingresar?
Andrés: (mirando la tarjeta de Meche) Sí, puede dejarla pasar, no hay problema.
En la primera planta del inmenso hotel, la recepcionista cuelga el teléfono y le sonríe a Meche.
Recepcionista (sonriendo): Puede subir.
Meche (haciéndose la molesta): ¿Lo ve? Le dije que él y yo teníamos una cita, y no cualquier cita, ¿eh? Le voy avisando que será mi próximo marido, así que cuidado conmigo muchacha de baja clase. Muy pronto me volveré superior a usted.
Meche se marcha de allí indiferente. La recepcionista queda muy extrañada.
INT. / APARTAMENTO DE DANIELLA, SALA / TARDE
Daniella está sentada en un cómodo sillón, mientras las noticias en su televisor. La muchacha come cereal en una taza de vidrio.
Daniella: Por el tenis fue que me alejé de ti, Andrés. Pero también, fue por mi pasado, el cual no podrías descubrir. Un pasado que guardé y seguiré guardando con muchísimo cuidado, hasta asegurarme que esté completamente enterrado.
Daniella sonríe pero se sorprende cuando pasan una importante noticia en la televisión.
Periodista: Uno de los bares más importantes de la ciudad de México, fue cerrado cuando se hallaron pruebas de un negocio de trata de blancas en secreto. Algunos testigos también aseguran que había mujeres obligadas a prostituirse y que incluso, se lavaba dinero en ese mismo bar…
Daniella está sorprendida por la repentina noticia, poniéndose muy nerviosa y mirando con atención el televisor.
INT. / HOTEL BEACH GLOOK, OFICINA DE ANDRÉS / TARDE
Andrés está esperando a Mercedes. Ésta entra a la oficina mirando sus alrededores muy interesada. Después toma asiento en un sofá diferente al que está sentado Andrés. La muchacha frunce el ceño y cruza las piernas bastante seria, mientras endereza su cintura y pone su mano derecha sobre la izquierda. Andrés no puede evitar sonreír un poco por la forma en que Meche quiere llamar su atención.
Andrés: Me enteré que desapareciste del hospital sin reclamar tus cosas personales, entonces me preocupé, pero me alegra que estés bien.
Meche: De eso mismo quería platicarle. No sé cómo fue que huí del hospital. De un momento a otro aparecí en la carretera muy nerviosa. Mi familia ha estado notando mi extraña actitud. La verdad es que yo tampoco lo comprendo, a veces me siento en perfecto estado, pero otras veces, me pongo muy nerviosa y no consigo olvidar la imagen de su coche, cuando estuvo a punto de atropellarme (miente).
Andrés: ¡Qué extraño! El hospital me envió un informe indicando que no te quedó ningún tipo de lesión ni trastorno psicológico.
Meche: Eh… (Sonríe forzada) Ese no es el problema principal, lo que pasa es que no recuerdo dónde dejé mi bolso. Dentro de él, tenía cosas muy valiosas.
Andrés sonríe una vez más al darse cuenta que Mercedes pretende sacarle dinero, por lo que toma el bolso de la muchacha, que está encima de una mesa frente a él.
Andrés: Qué suerte, pude encontrar tu precioso y valioso bolso (Meche se lo recibe sorprendida).
Meche (seria): Gracias. Era muy importante para mí (nota que está abierto). ¡Vaya! Pero tal parece que lo abrieron. Qué metidos los de ese hospital (le habla con ironía).
Andrés: Puedes ir al hospital y hacer algún reclamo.
Meche: Tiene toda la razón (le sonríe). En cuanto tenga tiempo, revisaré bien sino me falta alguna cosa y siendo así, iré a hacer el reclamo.
Andrés: Espero que sí recuerde dónde queda el hospital, pues hace un momento me dijo que lo olvidó todo (también le habla con ironía).
Meche le sonríe y se levanta del sofá, pero antes de irse, vuelve a tomar la palabra.
Meche (directa): Es el primer accidente que tengo, ¿no cree que debería darme una indemnización?
Andrés: También es el primer accidente que tengo y que causo sin culpa alguna. ¿Crees que alguno de los dos podría salir llevándose algo?
Meche: Entiendo, de todas formas, tendré que discutir esto con mi abogado. Hasta luego.
Meche termina por irse de la oficina. Andrés suelta una leve risa al acordarse de la forma tan ágil con la que Mercedes pretendía cobrarle una indemnización. El joven se da cuenta que olvidó entregarle la tarjeta de contacto que está sobre una mesa, por lo que la toma con sus manos y lee nuevamente la parte en que dice que Meche domina idiomas como inglés, francés y portugués. No muy lejos, la muchacha se está dirigiendo al ascensor caminando despacio y muy decepcionada.
Meche: Con razón siempre he escuchado un dicho que dice: “Cuánto más rico eres, más tacaño serás”.
Mercedes le pega un puño a la pared y unos segundos después, se toca sus dedos adolorida, hasta llegar al elevador. La muchacha ingresa allí y justo cuando la puerta del ascensor se comienza a cerrar, Andrés llega y la detiene.
CONTINUARÁ…